26.2.17

Pablo Ráez. Ejemplo de optimismo ante la lucha

Tras dos años luchando contra la leucemia, ayer 25 de febrero se apagó la luz de la esperanza del luchador Pablo Ráez. Tenía 20 años y desde hacía meses  a través de las redes sociales, concienciaba a la sociedad de la importancia de donar médula ósea para salvar vidas de otras personas, enfermas como él.

La verdad es que el proceso de aféresis o extracción de células madre no es apenas doloroso, sí es cierto que terminas cansado, pero con la satisfacción de haber hecho algo bueno por la sociedad.

El ejemplo de vida que dio Pablo Raéz, mostrando sus cicatrices, su estancia hospitalaria, transmitiendo vida en cada mensaje que nos ponía en redes, ha calado hondo en la sociedad, multiplicando de forma considerable las donaciones de médula ósea en nuestro país.

Pablo fue tratado con quimioterapia, y posteriormente se le trasplantó médula de un familiar, pero diez meses después de este episodio, la enfermedad volvió a aparecer. Debido a este revés, fue ingresado nuevamente en noviembre de 2016, para un nuevo trasplante.

Siempre sin perder la sonrisa, mandando mensajes de apoyo —aunque supongo que interiormente no estaría tan animado— Pablo Ráez fue un chaval de 20 años que en más de una ocasión nos emocionó a todos, y a mi me recordaba algunos episodios vividos junto a otros luchadores a los que vi vencer la batalla.

Tal vez sea la experiencia personal, aquello que me hace escribirle unas líneas ahora con más energía vital, pues cuando supe la noticia de su fallecimiento apenas lo podía creer. Pablo tenía una vida por delante, y a pesar de su juventud, nos ha dejado un legado tremendo, frases que calan hondo, y una ilusión por vivir increíble.

Sigamos donando, dejando un poquito de todos nosotros para salvar vidas. Seguro que es lo que él querría ver. Gracias por tu ejemplo y por mostrar la enfermedad como es, sin filtros.

Donde estés…, Simplemente gracias.

Laura Puente Ajovín