Una joven, una adolescente creando música sobre el ambiente de Berlín, junto al río Spree. Rompe el silencio, o evita el ruido de los turistas que en decenas de idiomas se acercan a ver el muro de Berlín y sus restos.
Sin duda es cultura, es arte, es delicia, es un lujo.
Busca unas monedas, posiblemente no haya nacido en Berlín. No nos importa. Lo real es que da un toque de contraste en una zona donde no hace mucho los hermanos vecinos se miraban entre ambas orillas del río, sin poderse abrazar. Hoy todo esto lo vemos con ojos de libertad teórica y alejados de los sufrimientos.
Creemos, pues no queremos mirar más adentro.