No es fácil saber hacia dónde van los euros que pagamos por cada producto que compramos. Sabemos que se los entregamos a la tienda a cambio de un producto, pero desglosar el coste de todas las partes que intervienen en la fabricación y venta no es sencillo. ¿Cuánto margen queda de un vestido, de una vivienda, de un litro de leche, de un kilo de fruta o verdura, de un mueble de salón?
Empecemos con un traje que nos cobran 150 euros. El Estado en forma de IVA se lleva unos 30 euros. La materia prima y transporte excepto la mano de obra se lleva unos 20 euros. Unos 13 euros la mano de obra para fabricarlo. La fábrica y como beneficios se lleva entre 10 y 27 euros, depende de si se fabrica en un país o en otro. Y la tienda vendedora se queda entre 60 y 75 euros del precio final.
Sigamos con una vivienda de 250.000 euros precio final. El Estado se lleva unos 25.000 de IVA. Otros 15.000 se llevan los vendedores y los impuestos de trasmisiones y notarías. Unos 70.000 euros van al precio de compra del suelo aunque esto varía mucho depende de alturas del edificio, zona donde se encuentre, etc. El promotor se llega a quedar ahora unos 50.000 euros. El arquitecto, los notarios, los aparejadores se pueden llevar unos 30.000 euros. Otros 30.000 euros se quedan en el constructor y otros 30.000 en materiales. Estos precios se ajustan según el mercado, sobre todo de la parte que se quedan en promotor, constructor y propietario del suelo.
Cuando hablamos de fruta o verdura, se podría decir que del precio de venta, una vez retirados los impuestos, el resto se divide a partes iguales entre agricultor, mayorista y tienda. Pero si hay que ajustar algún beneficio se empieza bajando el margen del agricultor y luego de los demás.
De un litro de leche que nos cuesta 1 euro, es decir una buena leche de marca, el ganadero se lleva entre 30 y 46 céntimos. El envase se queda unos 15 céntimos. El vendedor unos 10 céntimos. El transportista otros 10 céntimos. El fabricante y almacenero del producto otros 15 céntimos y el Estado otros 4 céntimos. Si se paga menos al ganadero se intenta vender más barata. Hay un margen extra para el fabricante que es la grasa que logra sacar de la leche en la fabricación para otros productos.
¿Y un mueble? Pues imaginemos uno de unos 1.200 euros. Y pasemos a desglosarlo. Unos 500 euros van a parar a la tienda. El Estado se queda con 210 euros. Unos 130 euros van a la mano de obra. Unos 110 euros a los materiales. El fabricante como empresa se queda otros 120 euros. El barnizador unos 60 euros. El transporte unos 20 euros. El montaje y los gastos varios suponen otros 50 euros.