23.11.24

Nadie sabe gobernar España. ¿Y si llamamos a un extranjero?


Nadie quiere gobernar bien en España, ni sabe hacerlo para beneficio de los ciudadanos de España.
Aunque también esta frase es mentira. Nadie quiere gobernar dando la cara, de frente, por ley, con arreglo a los métodos de antes. Es decir, haciendo caso a lo que dictan los ciudadanos. Con la calidad del "Mejor" que es lo mínimo que deberíamos pedirle al que decide presentarse para gobernar un país tan grande como España.

Todo son pegas de mal pagador para hacerlo bien; yo no he sido; tú antes ya eras malo; yo contigo no me ajunto; a mi no me toca hacerlo; vosotros no, que sois leninistas o trumpistas.

Si vemos los que insultan a los que declaran ante el juez, todos son hombres guapos y grandes, con barba en pecho. ¡Uff!

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Los leninistas existen, pero ya no sirven de nada. Yo sabía lo de los comunistas con rabo, que antiguamente nos regalaban caramelos envenenados a los chicos buenos. 

Pero entonces no nos llegaron a explicar lo de los leninistas, de que deben ser comunistas en una fase peor. 

Ahora nos dicen que los izquierdistas de rabo nos dan internet envenenado, programas de televisión basura. Y nos lo dicen para engañarnos, pues los peligros vienen de los incompetentes, de los idiotas con mando en plaza. Y esos nunca dicen de qué son, pues no les interesa decir la verdad.

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Todos los que nos gestionan mal son hombres y esto desvirtúa las opciones de paridad. ¿Se han dado cuenta que los segundones en opciones son siempre mujeres? ¿Y que los primeros de todo son hombres machotes?

Si no existieran habría que reinventar que las mujeres dieran el paso decidido en todos los partidos, para ser ellas las que optaran a gobernar. Simplemente porque los hombretones actuales no son capaces de hacerlo bien. 

Pero no, calma, que al final saldrá un teniente general, un técnico, un fontanero o un electricista mayor, que dirá que él… sí, que se atreve, que para eso fue importante en mando en plaza, antes y ahora. 

Estamos quedando los españoles como unos cocheros sin limpiar los caballos, unos patanes que a poco que nos vuelvan a preguntar, votaremos lo mismo, aunque sólo sea para joder. Para jodernos entre nosotros mismos.