En política ir de pardillo se paga caro,
aunque se tenga razón y se crea que con ello es suficiente para demostrar
camino. A Pablo Iglesias le sucede que aun leyendo mucho, ha jugado poco a
Maquiavelo en el tablero del ajedrez de los viejos osos. Y los han mandado al
gallinero en lo que parecía una completa negociación para ser Vicepresidente,
sin haberle preguntado a Felipe González qué le parecía eso de aparecer como el
segundo del Gobierno.
Podemos acojona a los inmovilistas. Ellos
sabrán porqué. Yo también lo sé. Está plagado (con perdón) de ineptos políticos
que piensan que ya han asaltado el Palacio de Invierno, sin darse cuenta de que
dentro hay muchas clases de osos y algunos saben defenderse poniendo zancadillas 2.0.
En Podemos hay gente maravillosa, hay
profesionales sociales. Hay políticos de nivel y que saben lo que se debe
hacer. Pero hay también mucha CUP y eso acojona. Algún día se darán cuenta. A
las ratas no hay que asustarlas ni enseñarles en qué lugar se las puede
engañar, pues huyen. Si Podemos quiere asentarse para poder trabajar bien por
la sociedad, debe pulir los mensajes pequeños de las bases llenas de viejas
glorias expulsadas del sistema incluso por ellos mismos. Deben prohibir asustar
hasta que tengan poder de gobernar. Luego ya veremos.
Felipe
González no está gagá, es falso esto, simplemente es que ha cambiado de amigos
y ahora defiende a otros. Suele suceder. Él, os lo aseguro, no va de pardillo. Pero
las amistades sin querer queriendo importan. Tras lo de Valencia, si al final
gobernara el PP, demostraríamos que España es una mierda. Pero nosotros mismos,
ante la historia ya lo hemos demostrado en otras ocasiones.