El nuevo formato en el debate electoral de hoy va a marcar sin duda un nuevo camino que se explorará mucho más en el futuro, una vez que hayamos visto sus ventajas y sus ajustes. Pero sin duda esa mezcla de internet, televisión y radio, twitter y medios digitales de comunicación, van a ser una nueva forma de entender las batallas electorales antes de la jornadas definitivas.
No sólo es hablar y pelear dialécticamente, sino estamos asistiendo a una forma de entender la comunicación, la suma de informaciones e interacciones entre los que hablan y los que reciben, totalmente novedosa pues se ha realizado en tiempo real, comprobando quien lo está haciendo mejor, quien incide mejor y más, a quien se le está entendiendo más.
Sin duda la nota negativa es el susto o muerte de Mariano Rajoy que ha preferido no acudir (sin contar la triste decisión impuesta de que no estuviera Alberto Garzón), pues a Rajoy los debates se la sudan, con perdón del sudor. Un claro error si entendemos que huir siempre es negativo, pero un acierto si él ya sabe que en este tipo de debates lo tiene muy mal para salir victorioso. Ir para perder es tontería y ha preferido quedarse en casa. Esto es lo que él entiende de las nuevas formas políticas y ahora veremos de qué manera afecta a sus resultados, pues la verdad y hay que asumirlo, la gente que vota al PP no suele frecuentar las nuevas tecnologías en un mismo volumen al que lo hacen los más jóvenes.
Vieja y nueva política, enfrente de las pantallas y los teclados. Tres jóvenes sobre los cuarenta, Pedro Sánchez (43 años), Pablo Iglesias (37 años) y Albert Rivera (36 años), enfrente de ellos mismos sobre todo y no de un Mariano Rajoy (60 años) que tampoco es tan mayor como para que tenga miedo a debatir en medios digitales.
Un proceso de debate con algunos errores puntuales en la comunicación por exceso tal vez de conexiones, muy bien llevado y decorado, muy bien organizado, bastante pedagógico aunque estoy seguro a muchos esto no se lo parecerá lo cual es positivo, pues nada más educativo que lograr objetivos sin que se note mucho, para que no se confunda con la manipulación.
¿Ganador? Pues han tenido fases. Albert ha empezado muy bien. Tras el primer corte publicitario Pedro ha recibido un buen golpe de sus asesores y ha mejorado mucho. Albert ha empezado a bajar hasta perder el sentido con algunos tic violentos que no le son positivos. Mientras que Pablo ha estado más en una línea muy parecida y algo gris, repitiendo en tono y mensajes lo que ya resulta algo cansado.
Para acabar una gota de dolor, de pena, de tristeza. No ha estado Alberto Garzón y eso ha sido un déficit democrático insoportable que todos han aceptado con el silencio. Y una gota de aplausos para Pedro Sánchez pues rescatar a Zapatero es una buena elección que deben seguir explorando. Es casi tarde para ello, pero supone un activo aunque ellos mismos desde el PSOE lo hayan arrinconado en el desván de forma absurda. Y una pregunta ¿no os parece Albert Rivera un Aznar 2.0?