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La gran diferencia del Estado Islámico con cualquier otro grupo terrorista hasta el momento, es que en esta ocasión y con la formación de lo que ellos denominan “El Califato” tiene su propio territorio, aunque no esté perfectamente delimitado. Zonas de influencia sobre las que gobierna en realidad y desde donde logran organizarse y reordenar sus finanzas.
Uno de los puntos clave para entender la fuerza que pueda tener EI en este momento es hacernos una idea de su potencial económico del que muchos dudaban hasta hace bien poco. Poseer territorio les sirve para organizar presupuestos propios que emplean para el terror.
Se calcula que tienen al año entre 400 y 650 millones de euro con la venta del petróleo que sacan de la zonas que ocupan. Algunos gobiernos lo están comprando y pagando. Otros 400 millones de euros logran vendiendo el gas natural con similares dudas. Entre 350 y 500 millones de euros logran a través de los impuestos y permisos de actividad que cobran a todos los habitantes de los territorios que controlan. Otro 300 millones de euros se calcula que obtienen vendiendo fosfatos. Unos 250 millones vendiendo cemento. Otros 250 millones vendiendo cereales y para finalizar otros 100 millones de euros con los secuestros que logran convertir en rescates. Unos 2.200 millones de euros al año, que emplean en sus actividades terroristas para comprar armas y municiones, pero también para pagar a sus militantes militares.
Si unimos a todos esto las cantidades logradas tras apoderarse de bancos en sus batallas, los envíos que reciben desde diferentes países desde gentes que les apoyan con grandes donativos o incluso con las ventas de objetos arqueológicos, entenderemos mejor que las mafias que rodean a todo este barullo violento es una maquinaria que hay que controlar más en los campos económicos que en los de bombardear edificios civiles o ciudades donde presuntamente se esconden. ¿Quien es capaz de tener todo esta maquinaria de compra y venta internacional, sin la ayuda de otros países que están en silencio, o de organizaciones con un poder tremendo para comprar y vender todo tipo de materiales y producciones? Lo curioso es que en realidad no sabemos quien consume finalmente los cereales, el cemento, el gas o el petróleo de un Califato extraño pero cada vez más potente.