Casi
empatar a votos, como se anuncia hoy en El País en repetición a lo que
se viene anunciando desde hace un par de meses, no supondrá en España un
reparto similar en número de Diputados al de votos, pues el sistema
provincial perjudica a unos en beneficio de otros. Y debemos recordar
que en principio lo que da poder es el número de escaños aunque también
el lugar de su procedencia, aunque esto no siempre haya sido así.
Pero
parece quedar confirmado que a partir del año 2016 se cierra un sistema
bipartidista y se abre uno más múltiple con cuatro actores políticos
diferentes lo que supondrá una nueva concepción de la política en
España, más llamada a los pactos, a las constantes negociaciones, a los
consensos sobre la mesa de negociación y no sobre los votos del
Congreso, a que todo se tenga que readaptar incluida la Constitución a
la que sin duda como poco hay que hacerle un lavado de cara profundo y
casi urgente.
Pero
no sólo cambiará esto. Los grupos de presión, los medios de
comunicación, todos esos artilugios y lobbies que en España y en todo el
mundo rodean a la política para presionar, se tendrán que adaptar a un
sistema más complejo de maquiavélicos sistemas de zancadillear o de
hacerse amigos del poder, pues ya nada será tan sencillo y fácil.
¿Viene para quedarse este sistema a cuatro? Pues posiblemente sí, aunque con claros cambios de rostros, de sistemas, de ideas, de adaptaciones. Ni Podemos, el PP o el PSOE con los resultados presentados hoy por El País serán iguales dentro de 2 años, ni hay garantías de que en la busca del asentamiento no sigan cayendo por no saben encontrar la realidad actual. El que mejor podría aguantar su figura y sus “formas” sería Ciudadanos, aunque sin duda debe buscar una estructura territorial que ahora no tiene, sujetándose solo por la esperanza de que sea mejor que el PP, que siendo mucho no es seguro.