Los ingresos fiscales de España están situados en el 37,8% del PIB, mientras que la media de la UE de los 28 es del 45,2%, lo que supone para España unos 80.000 millones de euros de ingresos menos cada año desde la hacienda española si simplemente estuviéramos en la media.
Para tener una sociedad justa y una economía válida para competir en el mundo actual, en la Europa que nos acompaña, hace falta entre otras cosas disponer de la fuerza fiscal de por ejemplo Dinamarca con ingresos fiscales del 58,5% del PIB, o Finlandia del 55,5%, Francia con un 53,2%,Bélgica o Suecia empatados con un 51,5%, Austria con un 49,9%, de Alemania con un 44,6% o de Austria con un 48,1%.
Eso sí, España es el cuarto país por detrás en la Europa de los 28, donde solo supera a Bulgaria, Irlanda y Rumanía. Y además desde todas las fuerzas políticas insisten sin contemplaciones en que hay que bajar los impuestos, en un clarísimo error de pedagogía social, que asombra y asusta. NO HAY QUE BAJAR LOS IMPUESTOS, hay que subirlos y distribuirlos mejor, hay que lograr que paguen los que se escapan de pagar, hay que tener el concepto de que los impuestos son los que sirven para que un país sea válido, pueda triunfar en estos momentos de globalización y necesidades claras en ayudas sociales pero también en formación de calidad, en modificaciones de nuestro mercado productivo y en ser motor de la economía del país desde el propio Estado.