“¡Canto, qué mal me sales
cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto”
Son los últimos versos escritos por Víctor Jara cuando ya tenía las manos destrozadas por la tortura y los golpes. Ahora sabemos que al final, el torturador Pedro Pablo Barrientos será juzgado por darle el tiro en la nuca que acabó con su vida, tras más de 40 disparos efectuados contra su cuerpo en una ruleta rusa hasta acabar con su vida pero no con su legado y su recuerdo.