Tras el neoliberalismo tan explicado durante décadas que ya ha dejado de ser algo nuevo, nos presentaron el neosocialismo o tercera vía que pocos supieron explicar pues tuvo pocos defensores. Ahora empezamos a escuchar que Podemos podría representar el neocomunismo sin saber si se dice con ánimo de insultar o sólo de adjetivar y analizar.
Pero nadie está hablando del neonacionalismo o esa nueva forma de ver el nacionalismo desde la buena relación, la defensa de lo propio sin ofender a lo ajeno. Estoy seguro que ya hay entre muchas personas nacionalistas una nueva manera de entender el nacionalismo, más moderno (lo que ya aviso que no siempre es sinónimo de mejor pero sí de diferente), donde ya no prima la separación e independencia del Estado “madre”, donde se contempla de otra manera el derecho a decidir el destino de los territorios con facilidad repetitiva, donde también cambia la creencia mantenida desde siglos de que la historia nos pertenece solo a nosotros los que vivimos ahora y no a todos incluidos los que vendrán después, y sobre todo donde se prima mucho más la calidad social de la vida en los territorios, el respeto de todos por lo que representan estos y lo que ya ha sido su cultura, su idioma, su historia, sus leyes, sus relaciones con los vecinos.
El neonacionalismo es otra manera de sentirse nacionalista, sin violencia nunca con sus vecinos, una forma de organización social más pacifista y ecologista, amantes de la cultura propia, de la sociología y etnología incluso, del hermanamiento, de la apertura de fronteras mentales para conservar las fronteras de las culturas y de las leyes e historias. ¿Quien no se ha dado cuenta todavía que en todo viejo nacionalismo el enemigo brutal es el vecino y nunca el que está lejos, aunque en realidad sea éste “ente” lejano el que axfisia, oprime o resta? ¿Quien no se ha dado cuenta todavía de que si un día Aragón entra en guerra nacionalista con alguien (venga, no hay miedo hablar de todo, seamos adultos), lo hará contra los sorianos, los navarros, los catalanes o los riojanos antes de contra Madrid?
Quien piense que este neonacionalismo es mucho menos belicoso (siempre sin violencia física) en la defensa de lo suyo se equivoca. Precisamente de lo que trata es de poner en valor y defender lo que considera suyo por haber pertenecido a sus antepasados y luego pertenecerá a sus hijos, y por ello siente la obligación de que siendo libre para pertenecer a un territorio, lo ama y lo defiende como algo suyo, sin medias tintas. Sea un bien físico o un bien inmaterial.
Nada es de nadie. Repito. Todo es de alguien. Por eso mismo, lo que no se posee o/y se deja muy claro ante todos que efectivamente se posee, aunque el bien sea intangible, es de alguien que muchas veces no es uno mismo. Sea el objeto a poseer una ley, sociedad o país. Sean obras de arte, parte de una historia, costumbres, geografía, un árbol o un baile. El neonacionalismo, antes de intentar ser independiente de todo, quiere ser poseedor de lo que le corresponde por ser antes posesión de sus ancestros. Cuidarlo y conservarlo, transmitirlo mejor de como lo recibió y ampliado con sus nuevas “cosas”. Y todos dentro de unas fronteras que ya no tienen el mismo valor que hace 60 años, diez siglos.
El neonacionalismo intenta crear compartimentos estancos con asuntos intangibles pero que son los que marcan las personalidades. Para que mi familia sea respetada por el resto de vecinos no necesito una puerta blindada, necesito una relación abierta de respeto mutuo. Y para que sepan donde comienza mi vivienda y donde la suya, qué es mi hogar y cual es el de todos los demás, no tengo que estar constantemente diciendo que soy único y poniendo barreras reales o mentales; simplemente defiendo con rabia mis detalles personales, mis espacios, mis olores, los colores de mis paredes y mis relaciones familiares. Mi hogar es único y para defenderlo lo mejor es vivir en comunidad. Yo no me quiero separar de mi comunidad de vecinos, pro si alguno viene a mi hogar sin ser invitado para llevarse mi cuadro de Puntes, le doy un tozolón que lo abío pero con una sonrisa en la cara.
No hay que confundir el neonacionalismo con el nacionalismo nuevo, es decir el reciente. Europa es muy proclive a crear nacionalismos nuevos según los problemas se van haciendo también nuevos. Yo no hablo de ese nacionalismo que nace y se reproduce según cambian los aires de la historia política, es decir del tonto líder del momento. Hablo del nacionalismo que ve modificarse sus formas de ver, simplemente porque cambian las realidades de relación dentro de sus propias sociedades.
¿Quién ha pensado que siendo amable con los vecinos no se puede ser tan duro o más en la defensa de lo propio, más capaz que siendo un tipo belicoso ya pasado de moda?
Nota.: En la amabilidad con los vecinos no me estoy refiriendo al asunto asquerosos de los Bienes de la Franja. Estoy hablando de asuntos mucho más profundos aunque el de los Bienes es tremendo y otro detalle más de que ARagón debe crecer en respeto.