Lo de Rosa Díez ayer en Zaragoza tuvo pena y dolor, en serio, preparar un mitin de campaña electoral para UPyD, subida en un banco de piedra de la Gran Vía ante no más de una veintena de personas que escuchaban, es de realidad política cuando menos triste.
Es cierto que la sociedad, los ciudadanos de este santo país están hartos. Es como si a ellos no les estuviera afectando la crisis mal llevada, los problemas, el empobrecimiento social. Como si esto solo les (nos) estuviera sucediendo a los políticos. Cuando la realidad social es bien diferente. Pero hemos cabreado primero y hastiado después a la sociedad y ya no creen ni en milongas de colores.
Recuerdo cuando hace no muchos años llenar una plaza de toros era fácil y normal. Cuando entregar papeles inútiles por la calle era un acto simpático donde quien los recibía se los metía en el bolsillo. Ahora se llenan plazas si hay suerte, y con imprimir 1.000 folletos ya sirve, pues una vez entregados se da una vuelta por las papeleras cercanas y se pueden volver a recoger casi todos. No hay que imprimir más.
¿Culpables? Todos. Nosotros y vosotros. Si creéis que así alguien os va a resolver los problemas vamos de culo. Y si pensáis que se resolverán solos, también. Pues en la solución irá la penitencia impuesta por los que nunca acuden a mítines políticos, pues ellos están muy ocupados disfrutando del dinero que se quedan de nuestros sueldos y plusvalías laborales.