Al PP le está haciendo la campaña electoral el demonio, pues tras lo de Catalán, lo de Rato o lo de Pujalte le sale ahora un Rus en voces propias para que no se nos olvide de qué madera están hechos muchos conservadores populares. Pero los sondeos son tercos y siguen dejando claro que el PP tiene poder y sonido, fuerzas ocultas que le siguen empujando a mantenerse en el gobierno de todo tipo. Algo nos falla a los españoles.
El factor miedo es fundamental en política, pues muchos asocian política con economía, y aunque saben que hay muchos españoles pasándolo muy mal, ellos están bien. Puede que algo peor, pero todavía bien. Y eso cuenta a la hora de decidir qué hacer con el voto. Como además los partidos novedosos no quieren decir con claridad qué quieren hacer, los temores al desconocimiento hacen mella.
No pienso decir que la izquierda española se lo está poniendo muy fácil, así que no lo digo. Pero la verdad es que sin aclarar si la izquierda existe como existe la derecha o es todo ya una sopa de letras donde lo que importa es gestionar a las personas y sus posibilidades y necesidades, nos adentramos en las semanas decisivas donde a todos les tiemblan las piernas pues no hay nada decidido.
Visto que nadie va a ganar por KO y que los ciudadanos jueces están muy dispersos y algo alicaídos, lo que toca es desear que nadie se equivoque más de la cuenta, pues en estas tres semanas un fallo supone que no dé tiempo al olvido. Campaña electoral barata, con gran presencia de los líderes para demostrar que se está en todas las partes como aquel dios que nos vendían los curas en catequesis, y a esperar toca. Algunos saldrán reforzados, pero la sensación es de que todos van a perder y que a su vez todos van a decir que han ganado. En política todo es posible, incluso jugar a los cubiletes.