En todas las organizaciones se conocen bien los líderes, los que dan la cara, los asesores, los que tienen poder tangible, conocido. Pero hay otro grupo MUY importante que no siempre se tiene en cuenta y que representan muchas veces la dirección menos conocida hacia la que se pueden mover las ideas, las decisiones, los futuros, incluso las propias organizaciones.
Son los “influenciadores internos", a los que no se suele tener en cuenta a la hora de analizar los proyectos pero que tienen una importancia crucial. Aunque todo hay que decirlo, en los buenos análisis empresariales si se tienen analizados, sus redes y sus posibilidades, sus influencias reales y si estas son positivas o negativas.
Porque el poder de los influenciadores internos es doble, pueden ser positivos o negativos. A favor o en contra de la organización, la idea, el proyecto. Y además todos ellos tienen contactos con otras redes menores, muchas personas, y en estas interacciones hay de su misma idea o de otra. Los positivos se mezclan muchas veces con los negativos pero siguen realizando su papel o se van dejando influir, mezclando los resultados finales.
El trabajo de todo influenciador interno es pues doble. Lograr que tu idea crezca e impregnar al resto. Y conseguir que las ideas contrarias no contaminen las tuyas. Y todo desde un trabajo que creemos todos es por casualidad, sin orden, cuando en realidad nada sucede sin que antes alguien las provoque. Queriendo o sin querer. Pero las organizaciones, las empresas, deben conocer estas influencias muy importantes en todos los proyectos, aunque no siempre creamos que es necesario tenerlas en cuenta. Cuidado con los influenciadores, tienen mucho más poder del que nos creemos.