3.4.15

La relación entre la política, los cementerios y las flores

Cuando entras en política nadie te avisa de que los cementerios forman parte de tu actividad. Ni te lo imaginas. Pero a las pocas semanas ya te toca la primera vez. Como has ampliado tus círculos de relaciones y amistades, el número de fallecidos crece exponencialmente mucho. A poco que te menees sales por funeral al mes, que es bastante. Y si vas a uno tienes que ir a todos. Al final te acostumbras a que te presenten a la familia, al cuñado y a la prima, aunque la relación con el fallecido sea tan efímera como que te conoces de discutir de política en el estrado con un hijo del muerto. Comprendes además que debes llevar preparado un buen catálogo de conversaciones sobre lo doloroso de la muerte, lo injusto, lo gratificante a veces si es el final de una larga enfermedad, lo inevitable pues todos estamos llamados a esto. Jodo. Lo malo es cuando los de tu grupo de acción política, sean afines o contrarios te dicen que van a regalar una corona y hay que ponerlas. Joder, me digo, ¿pero no hay algunos que se las llevan crudas y a mi siempre me toca ponerlas? No es posible pedir a tu grupo política la pasta de las flores, no queda bien, así que entre nacimientos, bodas y defunciones a uno le sale por un pico ser político de nada. Creo que esto no les sucede más que a los político pringaos, pero bueno, es lo que hay, lo peor es que te las regalen.