En Madrid tuvieron como novedad hace muchos años la M-30 que luego ha servido como ejemplo para las circunvalaciones de las grandes ciudades; primer proyecto de circunvalación de Madrid que se inicia como idea necesaria antes de la Guerra Civil aunque tardara décadas en ser finalizada. Un tipo como yo que adora el urbanismo como ejercicio de transformación de sociedades siempre pensó que la M-30 era considerado así por ser el tercer Cinturón de Circunvalación, como la M-40 sería el cuarto y la M-50 el quinto. La verdad es que hoy me he enterado que posiblemente no, que el origen fue mucho más absurdo e ilógico aunque según se mire. La M-30 nació con el nombre de Carretera de Circunvalación de Madrid de 30 kilómetros. Tiene 32,5 en la actualidad. Como el nombre era muy largo se simplificó por la M de Madrid y se mantuvo el 30 lo que ha dado origen a que ahora todas las circunvalaciones de ciudades lleven el apellido de un número terminado en cero y sean llamadas así según sean el primero, segundo o tercer anillo de circunvalación. De cualquier modo sin estas circunvalaciones las grandes ciudades serían mucho más inhabitables, pues son auténticas venas que impiden en el caso de la M-30 que unos 350.000 vehículos diarios entre por las calles de Madrid.
A la salida de Madrid hacia Extremadura es curioso ver el edifico del Hospital Universitario Rey Juan Carlos I, centro público pionera en diversas especialidades, ya en la ciudad de Móstoles, el de las empanadillas.