Nuestro currículum vítae tiene que entrar por los ojos del seleccionador.
Sin chabacanerías, pero nuestro currículum vítae personal debe ser visual, atractivo, original, contundente, con mucha más información de la que hasta ahora se nos presentaba en todos los anteriores currículum vítae.
Pero sin saturar, sino muchas veces esquematizando, dando la opción de que el entrevistador pueda si quiere acudir a solicitar más información tuya con código QR, con enlaces a páginas.
No solo debemos incorporar nuestras páginas profesionales de internet, nuestras redes sociales tipo Blog o Linkedin, sino también opciones para que el que lo reciba pueda ampliar la información nuestra a través de los ya imprescindibles códigos QR, direcciones web que señalen nuestra experiencia laboral, o incluso direcciones para descargarse documentos de trabajo, videoconferencias propias, explicaciones presenciales de lo que somos y pretendemos, etc.
Sin salirnos del modelo europeo, que permite muchos menos alardes en el diseño, se pueden incorporar novedades que puedan llevar al entrevistador a conocernos mucho mejor.
Sin pasarnos de una página, a lo sumo dos, y a ser posible traducido al menos a dos idiomas. Y recordar que no es lo mismo diseñar un currículum vítae para un puesto de trabajo pasivo que para uno de directivo, que cada puesto de trabajo requiere un tipo de diseño diferente.
Realmente estás vendiendo tus aptitudes, tu capacidad para generar estima en una empresa nueva, para que ellos crean en tí más que en otros candidatos. En internet tienes cientos de ejemplos y hay que buscar la idea del que creas que más y mejor encaja con tu personalidad laboral, y con la empresa a la que te tiene que dirigir.
Hay que admitir que nuestra pelea en esa selección no es por la empresa que nos escucha, sino contra el resto de candidatos que estarán presentando lo mejor de ellos mismos.