28.3.15

Mucho cuidado con las revoluciones de colores

El escritor Félix de Azúa publicó esta semana una frase que parecen haber tomado los españoles como lema electoral. “No pido que gane el mejor, solo que no gane el peor”.

Se refería a un análisis sobre los tres partidos políticos emergentes: Podemos, UPyD y Ciudadanos. Sin decir nadie nada más sabemos a quien se refiera con “el peor” y “el mejor”. Algo que debería hacerse mirar el peor para perder esa marca que tan rápidamente se ha ganado. ¿Y por qué es considerado el peor de los tres si fue el último en aparecer y el que ascendió con mucha fortaleza?

Toda organización política tiene que tener un líder contundente. Es el alma de todo equipo desde los tiempos del Neolítico. puede gustarnos o no, pero somos así. Necesitamos al dirigente de la idea más que a la propia idea. Y si hay dudas repasar el 15M y observemos que hasta que no aparecieron personas dirigiendo las ideas no fue respetado.

Y el gran fallo “de los peores” han sido precisamente sus dirigentes, perfectamente troceados por las fontanerías del Estado. Y todo hay que decirlo, ellos mismos poniéndolo muy fácil a los que les señalaban con el dedo de la insidia. No siempre es fácil defenderse, pero muchas veces es posible hacerlo mejor. Más si se les suponía profesionales de la política pedagógica.

Pero este deseo de evitar al peor también está calando contra el PP. Sobre todo contra Mariano Rajoy. Y está cayendo como una losa sobre UPyD que también está cometiendo errores de libro. Así que lo normal es que el mediocre, el que al menos parece no ser el peor, suba como la espuma. Vuelve a estar de moda el color naranja. Mucho cuidado pues en el país europeo que más importante se hizo el logotipo naranja, las están pasando canutas.