¿Has probado en abrazarte alguna vez a un árbol? Seguro que te han dicho que trasmite energía positiva, que logra atrapar la energía negativa que tú tengas en ese momento. Y es posible que esto no te lo hayas creído. Pero es cierto.
Hay estudios que dicen que es muy positivo abrazar a un gran árbol, y lo que es seguro es que además es gratis. Lo que es cierto, sin duda, es que abrazar la naturaleza nos produce bienestar, incluso sedación muy leve y tranquilidad que dura mucho más tiempo que algunas pastillas. Lo que sin duda es cierto es que somos naturaleza y no podemos vivir alejada de ellas, somos parte de ese estado natural aunque llevemos trajes de tergal y teléfonos modernos de plástico.
Muchos de nosotros, cuando éramos niños, teníamos el pueblo o los árboles de la calle, donde jugábamos sin problemas. Pisábamos hierba, trepábamos por rocas, sabíamos lo que manchaba el barro, entendíamos de árboles. Y estar cerca de los árboles nos producía sensación de alegría, de paz, de calma incluso en los juegos violentos de los niños. Nuestra hiperactividad se controlaba de forma natural, subiendo a los árboles.
Podemos creer que lo beneficioso es estar en el campo, fuera de la ciudad, en lugares amplios y abiertos. Lo cierto es que si son solo campos de hierba, los efectos no son iguales. Necesitamos tener árboles cerca, zonas salvajes, irregulares, naturales de verdad. No sirve una pradera de hierba plantada, necesitamos hierba “natural” y arbustos, árboles altos a los que poder abrazar.
Lo he dicho al principio, abrazar un árbol además de ser positivo es gratis. ¿No es un lujo?