La política no interesa a nadie, que es tanto
como decir que ya no hay desafección sino asco y cabreo, el siguiente paso de
la desafección. Esto al PP le viene muy bien mientras no tenga a su derecha
contrincantes; peor al PSOE que no está sabiendo darse cuenta de que gran apte
de los cabreados son gentes suyas, votantes que les dieron su confianza en
otros tiempos.
IU está desaparecida y lo que es peor,
sin ideas válidas pues está mareada tras haber visto el caramelo y perderlo por
un grupo de jóvenes que los tenían dentro y se les han escapado por la puerta
de la incapacidad propia. A partir de este doloroso camino no está sabiendo
encontrar con rapidez un contragolpe identitario que sirva para explicar qué
son, quienes son. O que tienen miedo a explicar quienes son, que también podría
ser.
Del nacionalismo, moderado o no, pocos
hablan pues es la gran incógnita. Mientras algunos les dan por seguro una
debacle arrastrado por el efecto Podemos, otros creen que tienen una base
electoral suficiente como para aguantar bien si no se equivocan en el camino.
Pues lo cierto es que el nacionalismo que crece y se impone es el español,
cuando emplea herramientas sociales que preocupan a todos los que sufren las
crisis de todo tipo.
El siguiente paso es el anarquismo social y esto hay que
avisarlo. Es decir, si nos cargamos a Podemos, es decir, demostramos que estos chicos nuevos son
una mierda pero no somos capaces de resolver los problemas, la sociedad la
condenamos al anarquismo social, que es otro peldaño que nos queda por recorrer. Por
eso me preocupa y mucho esa manía que les ha entrado a casi todos por
descalificar lo que siendo diferente puede ser asumible. Pues si falla y
seguimos sin resolver la sociedad, esta se nos revolverá. ¿Me he logrado
explicar bien?