Hay veces que una idea, por si sola, es ya capaz de mover conciencias y motivaciones de grandes grupos. No se necesita más: ni desarrollarlas, ni plantear objetivos, ni ofrecer garantías.
Solo con la idea ya sirve para creer en ella. Tal vez nos falta entenderla mejor y desarrollar sus expectativas.
El triunfo llega a veces por suceder en un momento especial, otras por ser la única idea, o la diferente, o caer del cielo cuando más agua se necesitaba para regar.
El triunfo llega a veces por suceder en un momento especial, otras por ser la única idea, o la diferente, o caer del cielo cuando más agua se necesitaba para regar.
Si logras creer y consiguen que otros crean, ya has logrado lo más complejo, crear sinergias víricas que se contagian ellas solas.
Si además otros creen en ti o en tus ideas, están logrando que tú mismo creas todavía más en ti y desarrolles mejor tus proyectos.
Para que una idea triunfe no tiene que ser muy buena, no es necesario que se explique ella sola, incluso a veces, vista separada de su contexto nos puede parecer una mala decisión, pero si está triunfando será por algo y eso es lo más importante.
Para que una idea triunfe no tiene que ser muy buena, no es necesario que se explique ella sola, incluso a veces, vista separada de su contexto nos puede parecer una mala decisión, pero si está triunfando será por algo y eso es lo más importante.
Saber por qué lo está haciendo.
Nos puede parecer ilógico e irregular el triunfo, cuando la observamos desde fuera, parcialmente, desde otro punto de vista. Pero si es la idea elegida para triunfar será por la suma de varios conceptos.
Adivina cuales y multiplícalos.