Ayer asesinaron a 150 personas en
Pakistán en un ataque terrorista sin parangón. Asesinaros a unos 130 niños
simplemente por estar en la escuela, de un tiro en la cabeza. Pero hoy los
medios digitales de comunicación españoles sacan la noticia en una segunda
pantalla, bajando hasta buscarla. En cambio el ataque terrorista de anteayer
contra un bar en Sídney ocupó a todas las columnas los mismos medios digitales.
¿Diferentes varas de medir si los muertos
son de Australia o de Pakistán?
El asco que produce que en nombre de una
religión, de un Dios, se asesine a 130 niños por que dicen, cantaban mal el Corán,
es de un inentendible dolor, o por producir terror en una sociedad para que
ataque a su gobierno, es imposible de entender por ninguna mente humana. Quedan
las mentes salvajes.
¿Va el mundo occidental a quejarse con
dolor de estas sangrías, por métodos que no sean los bombardeos, el crecimiento
de las guerras indiscriminadas, el atrincherarse entre cámaras de seguridad?
Fotografía Majeeda Majeed