Yo no tengo opción de votar, como es lógico siendo aragonés, pero si algún día tuviera que votar en parecidos términos a esta esperpéntica pregunta, mi respuesta sería SI – NO
SI creo en los Estados Nación, en los
Estados que se unen como en Estados Unidos, en las libertades para unirse y
para divorciarse. En la decisión de los pueblos para estar juntos o separados,
con todo lo que esto lleva consigo. Cuando un matrimonio se separa los que suelen
sufrir más son los hijos, pero nadie sabe cuanto sufrirían de continuar unidos
a la fuerza. En las decisiones libres nos podemos equivocar o acertar, nos
podemos separar o/y volver a juntar, pero sobre todo nos volvemos responsables de
nuestra decisión. Se acabó ya el papel del Papá Estado, que nos cuida como a
preescolares. Que cada uno aguante sus decisiones y que aprenda a equivocarse o
a acertar.
NO creo hoy en la independencia de nadie
dentro de este matrimonio que empieza a llevarse mal, llamado España. Pero todo
es cuestión de que lo sigan intentando los que desean ser más chulos que un
ocho, sean catalanes o madrileños. Nunca hay que forzar las situaciones, nunca ponerse
en el término del final, siempre hay que recurrir al diálogo y a mantener las formas.
Y creo que nos estamos pasando todos con no querer comprender las posturas
ampliamente señaladas desde hace décadas, desde algunos territorios de esta
España que es sin duda una nación de naciones, aunque algunos se empeñen en
mantener la misma unión de los yugos y las flechas de los Reyes Católicos. Unión
si, pero desde el respeto y la diversidad. Unión si, pero desde la
inteligencia. Unión si pero desde el diálogo constante.
El lunes empieza el nuevo camino. A estas horas
nadie sabe con qué mochilas, hacia qué trayecto, desde qué punto de partida.
Pero debemos reconocer que todos han jugado muy mal este partido social. Si
sale con barbas San Antón ¿pero y si no?