5.11.14

El domingo no será el día, pero será un día muy importante para todos

Llevo unos días en Barcelona, llena de turistas por cierto, y observo a la sociedad catalana muy sosegada, a lo suyo como siempre, sin hablar del domingo, como si ese día no fuera a existir en su historia. Pero me da la sensación que cada uno de ellos saben ya qué harán el domingo, pero no tienen ninguna intención en que se note. Ni de darle importancia a un acto personal que será eso, un acto básico inevitable.

Los catalanes no se sienten independientes de España, se sientes que los están echando de España. Esto no lo vemos en ningún otro sitio, pero ellos si. No han existido intentos por entenderles, por arroparlos, por cambiar los pasos marcados. Y ellos dan la sensación de maduros, de sabedores que aunque no les guste lo que van a realizar el domingo, lo van a tener que hacer.

Todos hemos jugado a equivocarnos, pensando que esto se podía plantear con verdades de las grandes. Pero es un planteamientos falso. En esto lo único válido son los sentimientos pequeños, los ancestrales, los metidos en la médula. Y con el sentimiento de ninguneo no se puede jugar contra casi nadie, pero menos contra los catalanes. Ahora ellos se sienten dolidos y van a responder contra ese dolor; no con la inteligencia de qué es lo mejor para el hoy.

Es como si en estas semanas se hubieran dado cuenta los catalanes que no hay remedio ya, que realmente tenían razón los que avisaban que al otro lado no hay más que cabezones sin sentimientos básicos, ladrones sin miramientos, inútiles sin ganas de escuchar de entender. El domingo no es el día y lo saben los catalanes. Pero será un día muy importante en su historia y también lo saben.