Tras ver los resultados de los sondeos de
este fin de semana, tanto en El País como de La Sexta, nuestro Mariano Rajoy se
habrá quedado anonadado. Lo de menos es creer estos resultados o pensar que es
un momento malo que todos los Césares tienen en alguna batalla. Lo malo es
pensar que no tienes suelo, que los que aspiran a retirarte de la política lo
celebraron con cava, y que muchos de estos eran además amigos.
Queda mucho tiempo hasta dentro de un
año, pero los días son semanas para las Generales y meses para las Municipales.
Los champiñones crecen por doquier y no se ve energía capaz de doblegar los
malos vientos.
En Podemos no se creen nada, pues son listos
y saben que estos gráficos no dicen nada. Nada que no sepan, nada que sirva
para algo. Ellos agachan la cabeza y siguen por su camino, sin explicarnos qué
son, qué quieren, qué saben hacer, pues la sociedad no lo pide. Simplemente
quieren mandar a la mierda a los que ahora están.
Vamos a existir en este año a un
espectáculo muy interesante. Todos lamiéndose sus heridas, buscando al
culpable, mirando entre sus apunten donde está escondida la solución, y
terminando soñando con que todo una vez acabado, será mejor para ellos, mucho
más tranquilo, escondidos entre la nada.
Lo cierto es que a nadie le gusta perder
ni a las canicas. Más, si has decidido entrar en la política, una actividad
deportiva como pocas. Aquí todos los días te están examinando y sacar un 6 es
muy poca nota. Hasta en las empresas hay más posibilidades de rectificar, de
equivocarte, y eso que se juegan también el futuro, el patrimonio, los puestos
de trabajo. Pero en política un error es para siempre. En la empresa solo hasta
el próximo.
Quien quiera aprender política o sociología que no
se pierda los años 2014 y 2015 de España, pues van a ser un Doctorado en no se
sabe bien qué. Igual en nada. Pero incluso en ese caso, desactivar todo esto que nos
sucede hasta convertirlo en nada, se debería dar en las universidades.