Primero nace Podemos. Después Podemos
dice que no quiere presentarse a las elecciones municipales por lógica
organizativa y nace Ganamos. Pero Ganemos no es una organización novata, nueva,
pues nace empujada por muchas gentes de la izquierda (poco) anónima pero
también de reconocidos políticos de segunda línea de IU. En Ganemos si hay
muchas personas que conocen bien la política municipal aunque no hayan sido
concejales.
Ahora Podemos bendice a Ganemos y se
plantea —como es lógico— unirse en sus listas municipales a Ganemos. ¿Quiere
esto decir que las infiltraciones reconocidas por todos de gente de IU es
asumida y admitida por casi todos en Ganemos?
A eso hay que señalar que Ganemos es
mucho más que gente de IU. Y que IU no ha dicho que ellos NO se vayan a
presentar a las municipales con sus siglas. Tremendo galimatías que se irá
resolviendo, sin duda. Incluso con la confluencia a Ganemos de nuevos partidos
políticos de izquierda hasta forman un conglomerado de gentes de gran recorrido
en la izquierda social y asociativa, personas en muchos casos muy conocidas en
los ámbitos políticos, pero sin pertenecer en la actualidad a ningún partido
político, pero si a muchas formas de trabajar la sociedad, la calle, la
cultura.
A nivel individual hay muchos contactos
entre personas de una multitud de organizaciones. Muchos de nosotros hemos
recibido invitaciones, casi presiones inteligentes, para encontrar sinergias,
para unir y avanzar. Se está formando un suelo social cabreado, que a diferencia
del famoso pero extinto 15M busca primero sinergias entre personas pues se
asume que entre las ideas ya existen, aunque en muchos casos haya discrepancias.
Hasta ahora, en estos últimos 30 años, a
las personas de la izquierda en España nos separaban los matices, los asuntos
menores que se imponían sobre los mayores. Cada uno de nosotros dábamos sobre
todo importancia a lo que nos separaba para marcar territorio e ideología.
Hemos tardado mucho en darnos cuenta, pero ahora parece que lo que se impone es
trabajar desde lo que nos une y no olvidarnos de las divergencias, que se
respetan y se dejan sin olvidarlas, en un segundo lugar cuando lo que aprieta
es ser capaces de crear una sociedad limpia y válida, capaz de defender a los que
más lo necesitan y nunca a los que más tienen. ¿Hasta cuando nos durará este
intento casi onírico?