Escuchando al Consejero de Sanidad de la
Comunidad de Madrid a uno le entra miedo, no es imaginable pensar que la
sanidad de tantos millones de personas dependan de una persona que opina lo que
expulsa por su boca este señor, sin medir las consecuencias que por su cargo tienen sus
palabras en medio mundo. Media docena de frases suyas en 24 horas son para
enmarcar. Recordemos solo que los profesionales que trabajan en Sanidad pública se eligen por mecanismos que en teoría son muy exigentes y solo deberían acceder los mejores.
Estar en contra de los políticos hace que
solo queden los más mediocres. No saber elegir nos lleva a tener una clase
política muy empobrecida, peor que gris, incapaz. Hoy escuchaba a este Consejero
y a un periodista español forense médico y al representante en España de la
OMS. No hay color. La diferencia de conocimientos sobre el tema es apabullante,
la distinta manera de informar, de comunicar o de explicarse es inmensa. Pero
estoy seguro que ninguno de estos dos doctores ajenos a la política quieren ser
ni Ministros ni Consejeros de nada. Van a cobrar mucho menos, van a estar mucho
peor mirados, van a tener mucho más trabajo y les van a criticar brutalmente
hagan lo que hagan.
Estamos consiguiendo que los peores sean
los que manden y gestionen la sociedad. Y encima persistimos en este error. Si
faltamos el respeto hacia los gestores, solo quedarán los más tontos y entonces
constantemente estaremos criticando CON RAZÓN a los tontos por ser tontos.
Cuando no además de tontos sean también ladrones.