Arturo Mas se rinde. Artur Mas sin más
presión del Mariano que es un experto en ver pasar los cadáveres de sus
enemigos sin hacer nada, ha decidido tirar la toalla. Queda saber qué dirán los
catalanes, hartos de tantas bobadas, de tanta incapacidad.
No es posible que ante un asunto de esta envergadura,
histórico e importante, nadie tuviera un Plan B. Ni Mariano ni Arturo. No
existía más que provocación, intentar sin saber qué hacer. Amagar, marcar,
sacar pecho pero sabiendo que nunca iban a defender lo que proponían. La
sociedad vuelve a perder.
No es que fuera positivo el camino
emprendido, es que para este viaje no se tenían alforjas, ni se había llevado
cantimplora. Ahora ERC tiene la palabra y estaremos atentos. Pero parece que
están jugando con la sociedad catalana y con sus futuros. Los de hoy y los de
dentro de unos años.
Pujol se hundió en la miseria; ahora Mas se
vuelve puré dejando claro que ser presidente de Cataluña es de una gran
dificultad para estas generaciones, pues no hay ni uno solo desde 1975 que vaya
a pasar a la historia. Cuando no se sabe elegir o no hay donde elegir lo normal
es que nos inunde la basura.