Marcial Cuquerella ha publicado en Twitter una serie de
consejos para buscar empleo que están levantando ampollas. Uno de ellos es muy
simple: “Si quieres que te contraten en una empresa, ofrécete a trabajar dos
meses gratis. Si eres bueno es muy probable que te contraten después”.
Efectivamente parece un sacrilegio, es la entrada en la pérdida de dignidad
laboral, el esclavismo más absoluto. Pero no deberían ser ciertas las críticas
si estamos hablando de empresas serias y de personas válidas. Depende del tipo
de trabajo.
En cualquier oferta de trabajo vemos a cientos de posibles
candidatos haciendo fila para someterse a una entrevista personal con un
resultado para la empresa muy incierto. Si se contratan los servicios de una
consultora o una empresa de selección de persona las cosas mejoran si es para
un puesto de trabajo normal, pero si es para un especialista determinado es
casi imposible que esta empresa sepa qué se necesita en concreto. Y lo digo por
experiencia.
Pero entre tanto candidato hay que destacar como sea. Hay
que demostrar que eres el mejor. ¿Cómo? Hay currículos realmente maravillosos.
Elegantes, originales, distintos. Es una manera de captar la atención. Si no lo
logras serán a lo sumo el número 236 de todos los presentados. Mal. Nulo.
Encontrar trabajo es también invertir. Tiempo, dinero, fuerza,
desesperanza. Y quien crea que invertir dos meses de tu vida para intentar
tener un puesto de trabajo es una mala inversión se equivoca. Sobre todo por
que los dos primeros meses dentro de una nueva empresa sirven para aprender lo
que no te imaginas. Fíjate, toma nota de todo, empápate de su organización, de
sus formas, de sus modos, de sus sistemas de trabajo. Ellos se están
aprovechando de tu trabajo, tú debes aprovecharte de este curso magistral de
dos meses.
Y si es para un trabajo manual y repetitivo, ni se te
ocurra. Nunca debe ser un sistema para una cadena de montaje, ni grande ni
pequeña, para ser camarero de bar o para vender seguros de puerta en puerta.
Eso si es esclavismo gratis.