Ya empiezan los duros de la España nerviosa a tramitar y
trasmitir sus miedos a todos. Hoy García Margallo, que no le tocaba opinar de
esto pues es Ministro de Asuntos Exteriores y no Interiores, ha dicho que no se
puede descartar que se suspenda la autonomía a Cataluña.
No sabe lo que esto supondría y hubiera sido mejor que
hubiera leído a Baltasar Gracián sobre la importancia de los silencios.
Es cierto que desde Madrid no saben qué hacer pues la
situación es nueva y delicada, pero en estas situaciones tensar más la cuerda
con palabras gruesas y amenazas complicadas no ayuda a resolver los problemas.
En esto está mucho más acertado el líder del PSOE, que sobre todo no tiene que
resolver el problema.
Artur Más se le ve con menos contundencia que el Gobierno,
dentro de su inevitable postura, deseando que se encienda la luz de un camino
intermedio. Una posibilidad sería celebrar el referéndum en otra fecha, con
otro tipo de preguntas, con unos criterios y controles más democráticos, con
una campaña limpia y bien organizada, y acordando que es un referéndum
meramente consultivo. No contentaría a nadie, ni a los duros del PP y afines,
ni a los catalanes que desean la independencia, lo que nos indica que es el
punto medio inevitable para buscar soluciones y no más tensiones.
¿Para qué serviría este resultado? Pues para tomarse en
serio que a España hay que dotarla de unos mecanismos federales diferentes, con
una relación más compartida y libre, con más respeto entre territorios sabiendo
que son todos libres para irse o quedarse. No es romper España, es asentarla en
sistemas territoriales parecidos a los de Reino Unido, Alemania, o EEUU, con
las grandes diferencias que cada grupo de estados sobre los que me refiero tienen
a la hora de engranar sus territorios, leyes, sociedades e historia.
Y mantener
la figura del Rey o del Presidente de la República según se tenga, como garante
de la relación unida o separada, algo que llevan muy bien en el Reino Unido y
del que se podría copiar. De hecho España es menos España desde que estamos en
la Unión Europea y si todo sale como debería, cada vez España será menos España
y más Europa.