Todos hablan de los 100.000 primeros afiliados del partido
PODEMOS como un record incomparable con ningún otro partido. Tranquilos, que
estamos hablando de cosas distintas. Ser afiliado de un partido político no es
lo mismo que apuntarse en unas listas a través de internet, aunque nos
empeñemos en decir que son nuevos tiempos, nuevas formas. Lograr que se apunten
100.000 es un gran éxito, sin duda, pero no es comparable con estar afiliado a
un partido político de los que ahora llamamos “viejos” aunque algunos tengan
solo dos décadas de vida.
Lo primero que lo diferencia es la cuota, lo segundo los
datos de afiliación y de participación, lo tercero el control básico para que
no se cuelen topos. No sirven de nada 100.000 si entre ellos no hay personas
capaces de formar una candidatura de 35 personas que se quieran implicar en una
ciudad grande. Si no se encuentran 5 personas que en un pueblo quieran formar
una alcaldía entre sus vecinos.
Crecer a reflujo de lo nuevo es sencillo, mantenerse cuando
toda la sociedad critica a los políticos es complicadísimo.
Pero sin dejas de felicitar a las nuevas ideas, todas ellas
deben tener cimientos suficientes para que sirvan ante la sociedad en la
búsqueda de la transformación. No hay que olvidar que hablar, apuntarse, sonreír
o poner cara de profesor, de momento, no sirve para resolver los problemas que
afectan a los españoles que más necesitan soluciones. No hacer nada tampoco.
Robar o ser corrupto sin duda lo estropea de forma tremenda. Pero España
necesita algo más que demostrar la sabiduría, hay que conseguir el cambio, la
transformación. Y pagar las deudas.