En estos quince días de campaña electoral los políticos tenemos
que trabajar más de la cuenta y se está notando. Se multiplican los errores y
las burradas, los malsonantes párrafos, las presentaciones insulsas y sin
sentido. Crece la desafección al darnos cuenta todos que somos peores todavía
de lo que pensábamos.
Este domingo recogeremos la siembra. Mala cosecha, sin duda.
Será hora de replantearnos cosas. Todos. Quien piense que estas elecciones no
sirven para nada se equivoca. Es un examen más, pero un examen a la sociedad, desde la sociedad. Y para la nota final de todos, también cuenta el
examen de gimnasia o el de religión absurda.
Tal vez sea el momento de empezar a meter en la bolsa el
pensamiento de que es necesario acabar con la política actual para que surja una
nueva política. Es arriesgado, es peligroso pensar así, pero hasta los más amantes de la
política lo estamos poniendo muy complicado para encontrar otra solución como sociedad que necesita cambiar.
Queda
poco para el lunes.