Las campañas electorales que emplean en España los partidos
políticos actuales están agotadas. Todo tipo de actos son prehistóricos y nos
vemos incapaces de adaptarlos a lo que hoy se necesitaría.
Salir a la calle y poner mesas, atriles para soltar discursos
absurdos o repartir propaganda y hacerse una foto ante la reclamación de un
problema es lo más absurdo que se puede dar en esta España del siglo XXI. Como
poner carteles en las farolas o en las carreteras de pueblo, regalar caramelos
con el envoltorio lleno de logotipos o dar bolígrafos baratos de plástico.
Acudir a mercadillos, dar una vuelta por los barrios, disfrazarse de enfermera
o inaugurar media docena de árboles son idioteces que se siguen intentando
repetir.
La imagen que dejo ha dado varias veces la vuelta por
internet. Es un mitin de un partido político al que acuden tres personas. Esta
imagen se podría repetir en varios lugares, si no con tres si con 12 personas,
todas además militantes del mismo partido que habla, leyendo sobre una tarima.
Una campaña electoral debe durar cuatro años. Esto lo dicen
muchos partidos pero luego a sus departamentos correspondientes se les olvida
totalmente hacer lo que deben. Una campaña no es publicidad, no es propaganda,
es comunicar, es explicar y hacer pedagogía social y política. La figura del
político, de la persona que está en el cartel hay que cuidarla y darla a
conocer cuatro años antes de que se haga la fotografía electoral.
Cada persona que está en primera línea de la política debe
entender y conocer de unos temas determinados, no es necesario ni bueno que
conozca de todos. Esto está reñido con la práctica pues es muy difícil trabajar
en equipo desde la política, mucho más complicado que desde la empresa por poner
un ejemplo. Los partidos políticos no lo tienen tan sencillo pero deberían
intentar formar cuadros suficientes que temáticamente supieran defender y poner
en valor las distintas propuestas que ofrecen. Y sobre todo dar a conocer por
todos los medios a estas personas. Y que fuera muy sencillo contactar con ellos
a través de email. Vamos gestión profesional como se hace en miles de empresas
del mundo mundial. Pero sobre todo desde la izquierda que parecen huir de prácticas
que funcionan perfectamente pero que suenan a empresariales.
Si yo quiero ponerme en contacto con un partido político, no
sirve de casi nada que pueda mandar un email a una dirección general. Lo que
funciona es que se pueda mandar a una persona con nombre y apellidos, foto y
currículo suficiente sobre el asunto a tratar, y esperar que me responda. Sé
que en muchos partidos esto sería mentira, que sería un departamento quien
respondería a todos mezclados. O no. Pues quien recibe la respuesta no es tonto
y sabe diferenciar las respuestas. No cuesta nada que cada partido político
tuviera publicada en su web el organigrama completo de sus responsables hasta
el segundo o tercer nivel. Pero tienen miedo a abrir las ventanas, de conocer a
las personas que resuelven o no los problemas que se plantean. Otro día daré más
pistas.