Terminadas las Elecciones al Parlamento Europeo, los
resultados nos confirman —y menos mal— lo que deseábamos.
Que junto al cabreo social hay soluciones y nuevos partidos, nuevas ideas y ganas de abrazarlas, aunque de momento no hayan demostrado nada. Estamos tan hartos de la vieja política, que la nueva nos parece ilusionante y capaz aunque todavía no haya demostrado nada.
Que junto al cabreo social hay soluciones y nuevos partidos, nuevas ideas y ganas de abrazarlas, aunque de momento no hayan demostrado nada. Estamos tan hartos de la vieja política, que la nueva nos parece ilusionante y capaz aunque todavía no haya demostrado nada.
Toca ahora leer bien los resultados, no equivocarse en el
diagnóstico, poner remedio sin falta a los graves errores cometidos de todo
tipo e intentar ilusionar otra vez a las personas, sabiendo que el ciudadano sí
cree en la política, pero cierto es, que en “otra” política posible. No ha
aumentado la abstención. Pero ha bajado mucho el voto a los dos grandes
partidos. Eso es un síntoma.
Mañana con más calma analizaremos los resultados que traen mucho sabor, mucho encondido entre los números, y no solo de los dos grandes partidos, aunque sobre todo de ellos. Solo ha habido un ganador y se llama PODEMOS. El resto, mejor o peor, han salido o muy tocados, hundidos o limpiándose el polvo tras el tropezóno la fiesta que no ha llegado.