7.3.14

Nuestra capacidad de auto engañarnos aumenta según las necesidades

Decía alguien que no merece la pena ser rico pues al final no puedes comer más gambas que un pobre al tener el estómago igual de grande en ambos. El cerebro no, claro. Aunque ahora hay un anuncio donde un jilipollas joven se compra un coche Mercedes pero no tiene carnet de conducir. Lo compra para fardar de tenerlo. Tampoco tiene cerebro. Somos animales de engañar y engañarnos, cuanto más nos engañan, más deseos tenemos para engañar, pero es posible que los que nos rodeen sean más listos y no traguen con la trampa. Creo que nuestra capacidad de auto engañarnos tiene el tamaño justo de lo que necesitamos. Si necesitamos estar muy engañados va aumentando hasta ocupar todo nuestro pensamiento. Si no lo dominamos, nos domina.