Hoy José Luis Soro, Presidente de CHA escribe en El Periódico de Aragón sobre la unión de la izquierda, con algunos circunloquios literarios
que terminan en la misma idea que este blog ha expresado varias veces aunque
empleando las palabras de distinta manera. Soro no quiere la unidad pero si
quiere la unión. Yo he planteado que no quiero la fusión pero si quiero la
unidad, dando a la palabra “unidad” distinta apreciación.
Lo importante es el fondo de la idea y aquí si coincidimos. Nadie
(casi) quiere la fusión o absorción de las distintas fuerzas de la izquierda,
pues además de inútil es imposible. En el espíritu de la izquierda está el
respeto a la diversidad por encima incluso al de la homogeneidad útil. La
dilución solo le interesa a esa izquierda que se cree dueña de toda la
izquierda y lo que quiere es que otras izquierdas dejen de existir. Pero con
mis dudas sobre sus ideas progresistas debo reconocer que eso no es inteligente
más que a corto plazo. Ni es bueno para la sociedad la absorción de unas izquierdas
por otras ni lo es la fusión para sumar fuerzas pues en realidad se restan como
resultado unido.
Pero trabajar juntos siempre, más que nunca. Y hay que
aprender pues venimos de fábrica muy ignorantes en este asunto. No es posible
coincidir en todo entre grupos distintos lo cual es hasta bueno. Pero debemos admitir
que hay que aprender a convivir y a apreciar las diferencia como un elemento de
enriquecimiento social e ideológico. Nadie tiene todo la razón, incluso entre
colegas de profesión.
Ejemplos donde copiar esa unidad de acción de la izquierda
los tenemos cerca. En Aragón tenemos en el Congreso a un Diputado de Aragón en
perfecta armonía con su equipo de la Izquierda Plural. Todos se respetan y
todos se han hecho respetar. Pero tenemos a nivel estatal un ejemplo oculto
para muchos, pero sencillo de entender. El Partido Comunista sigue existiendo, hace
sus Congresos, tiene sus cargos orgánicos y son conocidos, participan de las
instituciones sin presentarse a las elecciones, son votados sin que sus
miembros se presenten desde las siglas propias. Trabajan con y para un conjunto
de ámbito mayor que es Izquierda Unida y el día que unos u otros decidan que
aquello no funciona se saldrán o se disolverán o se unirán con otros. Es un
sistema federal —si queremos buscarle sinónimos a todo— de trabajo en equipo.
Una cooperativa de la que Aragón tanto entiende por su historia del siglo
pasado. Un simple trabajo en equipo.
No es un modelo único, no es un modelo perfecto, no es la
única posibilidad. Pero es la que hoy funciona incluso con sus importantes
tensiones internas. Nos asombraría saber las tensiones que existen entre socios
de importantes empresas ejemplares que cotizan en el Ibex. Es lo normal y es
además lo que sirve para funcionar bien.