Con la dirección del genial (con perdón para los envidiosos por
auparlo a la genialidad) Miguel Ángel Aguilar, he vuelto un número más de
Heraldo de Madrid a los quioscos españoles, 75 años después de ser cerrado por
los falangistas en 1939. De aquellas cenizas de violencia falangista
apoderándose de un periódico, nació a los pocos días por decreto y con las mismas máquinas y
edificio el diario Madrid, pero nunca se les reconoció a la familia Busquets
que habían sido los dueños de la idea y de la propiedad de un periódico liberal.
Han colaborado en este número especial medios como: Alternativas
Económicas, la Marea, Materia, Fronterad, Jot Down, Revista Fiat Luz, Libero,
Mongolia y un buen número de periodistas actuales de lo más granado de la
libertad malherida.
Lo he comprado no para leerlo, que también, sino para
olerlo. Y huele a libertad. Es una pena que tengamos que resucitar a los muertos para recordar lo que están a punto de volvernos a romper.