8.2.14

Para escribir hay que estar enamorado. De la escritura, efectivamente

Escribo con pocos punto y seguido. Y con un exceso de punto y aparte. Debe tener algo que ver con mi forma de entender la vida pero no lo pillo bien. Como si me estuviera enganchando en cortar por lo sano en cuanto me imagino que debo hacer un pequeño parón. Los puntos y aparte desdibujan el diseño de los párrafos, los convierten en feos. Pero me da la sensación -equivocada- de que son más fáciles de leer, de entender. Cuando hace ya tiempo me explicaron que además de escribir claro había que contar historias con arreglo a unos entretenimientos para que los lectores no se escaparan y que además el texto tenía que quedar sin cacofonías y guapo, me entraron ganas de abandonar la escritura. Pero no me hice caso. Y eso que aquellos consejos eran solo el comienzo de una complicada pero bonita amistad no siempre aceptada y practicada.