17.1.14

Por fin he encontrado una mujer que me acaricie la cara por detrás

Hacía muchos años que una dulce mujer no me acariciaba la cara desde atrás. Pero era la dentista. Cada día son más cómodos los sillones de los dentistas pero con las prisas y los nervios no te dejan disfrutarlos como ellos se merecen. Amplios, planos, sedosos y blandos, ajustables a la espalda. Pero solo te acuerdas de levantarte rápido. Una pena, para lo que pagas por poderte tumbar en ellos.