Tanto como eso le hace feliz. No busca más.
Escribir es un ejercicio en solitario, gratificante y vicioso que atrapa a quien osa intentarlo. Cada vez hay más escritores y menos lectores, debe ser que al dejar de fumar se cambia un vicio por otro.
En realidad he empezado esta entrada con una equivocación mentirosa. No escribimos por generosidad sino por egoísmo. Todos queremos que nos lean.