No lo consiguió Felipe González,
tampoco Aznar ni Zapatero y sin duda menos todavía Rajoy. O un poco cada uno de
ellos. El caso es que hoy se han reunido ex presos de la banda terrorista ETA y
aunque las fuerzas imbéciles de la política de cueva pedían que en España no se
pudieran reunir españoles ya libres, se han reunido y no ha sucedido nada. DEbemos ser adultos y no tener miedo al diálogo aunque no siempre sea fácil asumir por todos que hablar es avanzar hacia la paz.
Efectivamente el daño que han producido
estos y otro buen montón de ellos entre los españoles es muy grande. Y se han
dado cuenta aunque tarde y lo dicen.
España sale ganando con estas reuniones
pues son el anticipo de que vamos caminando hacia la paz duradera, sin tener
que terminar en una guerra también extraña y cruenta.
Reclamar vencedores y vencidos es tarea
de los resabiados o de las víctimas. Ellas tienen derecho a reclamar lo que les
pida su corazón. Pero los políticos con sentido común deben relativizar para
buscar soluciones auténticas. Los que vivimos los años 80 algunos meses en el País Vasco y otros muchos años tan cerca como para tener amigos en todos los
territorios, sabemos lo complicado que era encontrar soluciones y el valor que
tienen este tipo de imágenes.
