Madrid desiste de privatizar la Sanidad pública tras
numerosas manifestaciones ciudadanas en su contra durante más de un año. Pero han
tenido que ser los jueces los que lograran torcer las decisiones absurdas.
Si nos fijamos en las noticias del día a día, cada vez más
la justicia oficial, la de los jueces, tiene que dictaminar y decidir pues los
políticos no son capaces de entenderse.
Y se nos olvida que la justicia normalmente no se pronuncia,
a no ser que le preguntemos o en fragante delito. Dimiten presidentes de fútbol,
Princesas mueven la historia de España, paralizamos urbanismo y acudimos a que
sean los jueces y los abogados, los que tengan que decidir las formas y los “cómos”.
Contra Cataluña queremos emplear la justicia, de golpe o
poco a poco, por incapacidad de resolver los asuntos de otra forma, una vez que
ya no parecen caber los Golpes de Estado; siempre militar por supuesto.
Pero recurrir a “las” justicias es una acción bastarda de la
política. El Poder Judicial no está para Legislar ni para Gobernar. Tampoco
para controlar la Economía. Pero cuando todo parece ser manipulado nos creemos
que el Poder Judicial es el único que queda con potencia para ser libre y
limpio. Mal elección, aunque no haya otra.
Pero el Poder Judicial no lo elegimos los ciudadanos de
manera democrática. Tampoco son los mejores ciudadanos de la sociedad los que
ocupan esos puestos pues muchas veces siendo muy buenos estudiantes elijen la
carrera judicial como una salida profesional o como una tradición familiar.
Pero siempre es mejor eso que el Poder Militar, sin duda. Y mucho menos
sangrante. Pero los que abandonan su responsabilidad son los poderes políticos,
que no se nos olvide.