Crece el sentimiento nacionalista y con ello el separatista,
mientras se radicaliza también el sentimiento contrario para evitar todo
intento de pensar en este tipo de opciones. Este 2014 nos va a llevar hasta
situaciones y movimientos nuevos que todos los responsables van a intentar
llevarse a su redil.
Lo cierto es que crecen los nacionalistas pero no los
nacionalismos, pero sobre todo por el
asqueo general a los sistemas políticos actuales. La sociedad huye de la
política como nos repiten todos los sondeos y piensa que escapando de la actual
situación política se cambia de modo de convivencia social. Error importante.
Ni la independencia, ni la república ni una dictadura
militar resolverán las desafecciones actuales, los modos políticos desviados.
Crearían más tensiones cuando no más sangre y retrocederíamos décadas para no
garantizar que no se volviera al sistema actual una vez agotada la novedad. La
historia se escribe con idas y venidas.
Decía Joaquín Costa hace un siglo que había que regenerar
totalmente la política despidiendo a todos los políticos a la vez y no dejando
que se presentara ninguno que hubiera tenido puestos de responsabilidad política
en los últimos 25 años. Era (y es) una manera de regenerar y cambiar a las
personas.
Crece la radicalidad social, se note o no se note, pues ante
la falta de soluciones a los problemas se siguen buscando otros y todos nos
movemos hacia los extremos en su búsqueda. La sociedad se queda quieta hasta
que dejar de estarlo. Y nadie es capaz qué mueve a que una sociedad se
equivoque. O acierte. Tampoco esto lo saben los que gestionan las sociedades.