Me dormiría ahora, pero sé que no debo. La decaída es una enfermedad más. Recaída de la decaída. Sé que es tan sencillo como levantarme y andar, que se resuelve solo, que con salir a tomar aire ya vale, que con una ducha de agua bien caliente y música también, pero la decaída se apodera incluso de las ganas de levantarme. Pongo la televisión y hay una película de humor que no me hace sonreir. Sonrío al comprobar que no sonrío. Mi diagnóstico es acertado. Me pongo a escribir y como solo me salen palabras apagadas no levanto el ambiente que me rodea. Sigo decaído. Tengo que mirar si decaer es volver a caer o caer más profundamente. Luego lo miro.