Tras comprar jamón para cenar pienso en el cerdo. Calculo que debió morir hace más de un año, de una cuchillada seguro. Aunque ahora los matan con electrodos, creo. El caso es que hoy para cenar me voy a comer un cacho de su pata. Me he dado cuenta, era la izquierda. Por casualidad, lo juro.
Había también una mezcolanza en forma cilíndrica de pavo con ciruelas y queso roquefort todo mezclado y revuelto. Su color asemejaba al de un pavo mal cocinado con manchas oscuras. El queso lo debía llevar solo en el nombre. También he comprado para probar. Aquí no he podido averiguar de que pata del pavo habían sacado la carne. Parecía batido de carne fina. Pero estamos entrando en Navidad y ya venden de todo. Aunque sea feo.