9.12.13

Hemos roto un Ángel. ¿Y ahora qué hago?

En mi casa hemos roto un ángel. De casualidad, pero lo hemos roto. ¿Sigue Dios fabricando ángeles voladores y buenos? Es que lo grave de esto ha sido verlo en el suelo, roto y mirándonos como llorando. Al cogerlo lo hemos entendido.

Simplemente se le han roto las alas. El ángel seguía igual, pero sin alas. Y un ángel sin alas ya no es ángel. Es hermoso pero ya no es capaz de cuidarnos, de vigilar que no entre el demonio, de estar en todas las partes y en ninguna. Lo más débil de un ángel son sus alas. Precisamente lo que les separa de ser hombres a ser ángeles.