Álvaro García Linera, Vicepresidente de
Bolivia, ha explicado en Madrid como se está viendo la actual situación de Europa
desde Iberoamérica y sus palabras son contundentes. También ha hablado de su
concepto de “izquierda” en pleno siglo XXI y ha vuelto a poner énfasis en una
forma de visión progresista que poco a poco va calando entre todos. Leamos qué
ha dicho Álvaro García Linera en el IV Congreso del PIE, Partido de la Izquierda
Europea.
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"Vemos una Europa que languidece, una Europa abatida,
una Europa ensimismada y satisfecha de sí misma, hasta cierto punto apática y
cansada. Sé que son palabras muy feas y muy duras, pero así lo vemos. Atrás ha
quedado la Europa de las luces, de las revueltas, de las revoluciones. Muy
atrás ha quedado la Europa de los grandes universalismos que movieron y
enriquecieron al mundo y que empujaron a los pueblos de muchas partes del
mundo".
"No es el pueblo europeo el que ha perdido la virtud ni
la esperanza, porque la Europa a la que me refiero no es la de los
pueblos"
"La única Europa que vemos en el mundo es la de los
grandes consorcios, la Europa neoliberal, la de los mercados y no la del
trabajo". Carente de grandes dilemas, horizontes y esperanzas, sólo se oye
—parafraseando a Montesquieu— el lamentable ruido de las pequeñas ambiciones y
de los grandes apetitos".
"Tenemos una democracia sin esperanza y sin fe, parece
una democracia derrotada. Una democracia fosilizada. En sentido estricto, no es
una democracia" ¿Y cómo hemos llegado hasta ahí? Porque el capitalismo ha
mutado y se ha convertido en un "capitalismo depredador que acumula por
expropiación". "Expropiación ocupando espacios comunes,
biodiversidad, agua, conocimientos ancestrales, bosques, recursos naturales, es
una acumulación por expropiación de riqueza común que deviene en riqueza
privada. Y esa es la lógica neoliberal actual"
"Las respuestas que teníamos antes son insuficientes,
si no, no estaría gobernando la derecha en Europa. Algo está faltando a
nuestras respuestas y propuestas"
"La izquierda europea no puede contentarse con el
diagnóstico y la denuncia. Esto sirve para generar indignación moral y es
importante la expansión de la indignación, pero no genera voluntad de poder. La
denuncia no es una voluntad de poder. Puede ser la antesala, pero no es la
voluntad de poder. La izquierda europea, a esta vorágine depredadora y
destructora que lleva adelante el capitalismo, tiene que comparecer con
propuestas. La izquierda europea tiene que construir un nuevo sentido común en
el fondo de la lucha política. La izquierda tiene que luchar por un nuevo
sentido común progresista revolucionario y universalista".
"Necesitamos recuperar el concepto de democracia. La
izquierda siempre ha reivindicado la bandera de la justicia, la igualdad, la
participación. La democracia es mucho mas que las instituciones. Es mucho más
que votar y elegir el Parlamento. La democracia son valores, los principios
organizativos del entendimiento del mundo: tolerancia, pluralidad, libertad de
opinión. La democracia es práctica, es acción colectiva, es creciente
participación en la administración de los espacios comunes. Hay democracia si
participamos en lo común. Si tenemos como patrimonio el agua, entonces la
democracia es participar en la gestión del agua".
“La izquierda tiene que recuperar también la reivindicación
de lo universal, la política como bien común, la participación en la gestión de
los bienes comunes, la recuperación de los comunes como derecho: la salud, el
trabajo, la sanidad, la protección de la madre tierra, de la naturaleza. Son
derechos universales, son bienes comunes universales frente a los que la
izquierda tiene que plantearse medidas concretas; reivindicar una nueva
relación metabólica entre el ser humano y la naturaleza. No hay que caer en la
lógica de la economía verde, que es una forma hipócrita de ecologismo”.
"Hay empresas que parecen ante ustedes como protectores
de la naturaleza pero esas mismas empresas nos llevan a nosotros a la Amazonia
todos los desperdicios que en Europa se generan. Aquí son defensores y allí
depredadores. Han convertido la naturaleza en otro negocio".
"La izquierda tan débil de hoy no puede darse el lujo
de distanciarse. Habrá diferencias en 20 puntos (entre distintos grupos de la
izqueirda), pero coincidimos en 100. Guardemos los otros 20 para después. Somos
demasiados débiles para seguir en peleas de capilla distanciándonos del
resto".