A veces el fuego interior abrasa, sabes que sacarlo es peor que intentar dominarlo hasta que se vaya convirtiendo en ascuas negras. Si te dejas llevar por él, si abres el instinto y dejas que salgan las llamas, podrías quemar a alguien de tu entorno.
Nuestro interior está preparado para soportar mucha temperatura y debemos saber controlar el fuego.