5.11.13

Cuanto más lentos sean los cambios, más durarán. Incluso los políticos

Un cambio tecnológico tarda semanas en llegar a todo el mundo (opinión de 2013). O casi. Un cambio social requiere décadas para ser admitido y asumido. Es positivo y negativo que sea así, pero lo es y hay que admitirlo.

Transformar una democracia en una empresa de gobernar cuesta una década de asentamiento en un sillón de poder. 

Volver a la democracia primitiva es casi imposible pues se han ido asentando sobre la sociedad las formas. A veces siniestras, de poder que se burocratiza y se free el dueño "de todo".

Cuanto más lentos sean los cambios, más años se tardará en volverlos a cambiar.

La selección natural hace que todo se vaya transformando de una manera sesgada y no plural. Esa selección natural hace que los cambios existan, pero sepan adaptarse a los intereses de los que mandan y no de los que tienen que obedecer.

Los sacerdotes, los militares, los empresarios o los políticos lo parecen antes de jurar sus cargos. Han nacido casi para esos puestos, van con sus imágenes y mochilas hacia su forma definitiva de ser. 

Por eso es muy complicado cambiar el sistema, porque los recambios se parecen en el fondo excesivamente a los que van a recambiar. O si no se parecen en los primeros días, lo parecen a los pocos meses.

No hay mucha diferencia entre Mubarak, Morsi o Mansour. Pero nos aparecen como los sucesivos recambios para volver al punto de partida. Hay más diferencia entre Apple, Samsung y Sony. Los animales humanos nos copiamos a nuestros enemigos para apoderarnos de su poder.