Creemos que hay un problema “en” Cataluña. Si acaso queremos
matizar, pensamos que hay un problema “con” Cataluña. Algunos pensamos que hay
un problema “en” España mientras que los catalanes y vascos al menos piensan
que hay un problema “con” España.
¿No será que España es en sí misma un problema? Si España es un problema, no hay duda; el problema seríamos
los españoles.
No tenemos claro, como sociedad, ningún concepto básico de
trabajo en equipo social. Somos capaces de lo más hermoso, del trabajo más
inmenso en ayuda social, pero desde la individualidad si acaso agrupada en
pequeñas compañías.
España ha perdido su concepto cultural. Hoy la cultura no
tiene valor y creemos como sociedad que es cosa de esnobistas o raticos.
España ha perdido es respeto hacia los españoles. Quien no
se hace rico en cuatro días es por que no sabe. Quien no roba dentro de la
legalidad es por que no tiene ocasión. Quien no sabe darle la vuelta a una ley
para parecer que ya no existe es por que no piensa.
Las instituciones españoles están hundidas. Si leemos las
encuestas de organismos públicos el desastre es brutal. Valoramos mal la
Monarquía, el Gobierno, el Parlamento, los partidos políticos, los sindicatos,
la Justicia y la Iglesia. Salvamos al Defensor del Pueblo, a los militares, a
la policía, a la Guardia Civil y casi a los medios de comunicación.
Con estos mimbres el final de la película está claro. Eso
si, será el que nosotros pedimos por favor.
Saber qué opinamos como españoles es hoy fácil. Sirve
escuchar en los bares, a los amigos, a los tertulianos, leer lo que se escribe
en las redes sociales, las noticias que se impulsan desde estas, las resultados
de las encuestas de opinión o en las muy diferentes manifestaciones de todo
tipo que surcan nuestras calles para nada.
Ideas dominantes en una España paralizada “por la nada”, que
no es “por nada”.
No tenemos ya líderes que marquen caminos. No políticos, ni
sociales, ni intelectuales, ni culturales. Ni siquiera musicales. Si acaso
futbolistas de peinado raro y sueldo carísimo. Lo sabemos y creemos que es
mejor así.
¿Quién nos manipula?
¿Sería capaz Europa de sobrevivir con estos condicionantes
sociales?
¿Cuántos países habría explotado ya con una sociedad tan
laxa?
¿Dónde está el límite?
¿Hasta cuando nos durarán los ahorros de bilis y ya no será
posible seguir poniendo paños calientes en la herida social?
Nadie lo sabe. Nadie dice saberlo.